“Y todo nuestro conocimiento no es sino conocernos a nosotros mismos”.

Alexander Pope (Ensayo sobre el hombre)


"La mayoría de la gente hace justo lo contrario. No quieren saber nada de su propia historia y, por consiguiente, tampoco saben que, en el fondo, se hallan constantemente determinados por ella, porque siguen viviendo en una situación infantil no resuelta y reprimida. No saben que temen y evitan peligros que en algún momento fueron reales, pero dejaron de existir hace tiempo. Son personas que actúan impulsadas tanto por recuerdos inconscientes como por sentimientos y necesidades reprimidas que, a menudo y mientras permanezcan inconscientes e inexplicadas, determinarán de forma pervertida -perturbada- casi todo lo que hagan o dejen de hacer".
Alice Miller (El drama del niño dotado)

"El bienestar personal se fundamenta en el tipo de relación que seamos capaces de mantener para con nosotros mismos. Existe la posibilidad de establecer una nueva relación, una relación de aceptación, respeto y bondad de yo para conmigo y de esta manera cambiar nuestra vida y nuestro destino. Para esto es necesario buscarnos sin rechazarnos por "dentro" y así podemos llegar a resolver un pasado no deseado que se nos hace presente sin que podamos evitarlo condicionando nuestra vida actual".
Jordi Jordana (El fundamento del bienestar. Una nueva relación contigo)

"Por lo general, las personas que están atrincheradas en el auto-desprecio están preocupadas por cómo pueden ser vistas y desisten de considerar y elaborar como son realmente vistas. La posibilidad de ser vistas de otra forma se vuelve problemática, casi extraña, aunque sean vistas de alguna forma positiva. No pueden "verse" a sí mismas haciendo algo diferente de lo que están haciendo y no pueden imaginar tampoco que otras personas les vean bajo otra luz."
Margaret Crastnopol (Micro-trauma)

"El psicoanálisis no es ni psicología, no es ni filosofía, no es ni religión... es algo sui géneris, distinto, diferente; es tropezarte contigo, irte formando, intentando comprenderte a ti, y a ti y al prójimo, y a tus relaciones contigo y con el prójimo. Pero es entenderte, entenderte tus conflictos que tuviste desde pequeño, por supuesto, desde la infancia hasta los que tienes ahora. Es vivir analizándote, lo dice la propia palabra. Autoanalizándote. Eso es el psicoanálisis, buscarte por dentro, descubrirte, el Carlo que está dentro de ti, el Juan que está dentro de mi, y sacarlo".
Dr. Juan A. Portuondo Espinosa. (Video. Entrevista. Psique. Centro Internacional de Psicología).

ESTRÉS POSTRAUMÁTICO. HIPNOSIS

El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es una forma de ansiedad que se manifiesta tras vivir una situación estresante o angustiosa. El incidente inductor puede ser tanto un desastre provocado por el hombre como uno natural que conlleve violencia o daños graves. La idea de que el estrés intenso puede traumatizar durante largo tiempo a quienes lo han padecido surgió por primera vez durante la Primera Guerra Mundial. Entonces los médicos atribuían los síntomas de "histeria" al terror a los proyectiles. Durante la Segunda Guerra Mundial, los psiquiatras averiguaron que estaban más arraigados en la mente que en el cuerpo, por lo que rebautizaron este trastorno con el nombre de "neurosis de guerra".

Hoy se sabe que el el TEPT no es un fenómeno que se restrinja al campo de batalla, sino que puede aparecer tras cualquier catástrofe o acontecimiento traumático. Afecta a los supervivientes y a quienes lo presencian.

Tras un hecho traumático, algunos supervivientes desarrollan sentimientos de terror e indefensión. Entre los síntomas que presentan se cuentan pensamientos y recuerdos molestos que les hacen revivir el acontecimiento, alucinaciones y pesadillas, desorientación, sensación de aislamiento, insomnio e incapacidad para concentrarse. La revivición intrusiva de la experiencia traumática es lo más característico del TEPT. Consiste en re-experimentar el acontecimiento traumático de forma intrusiva, lo que provoca una reacción de estrés en ocasiones similar a la experimentada frente al trauma. En este apartado se incluyen síntomas como el flashback y las pesadillas recidivantes.

La evitación de los flashbacks es posiblemente uno de los síntomas más característicos del TEPT y se puede manifestar de diferentes formas. Las personas pueden presentar conductas evitativas para no afrontar cualquier revivición del trauma. Las reviviciones pueden precipitarse por personas, situaciones o circunstancias que están, de algún modo, asociadas al trauma. Por otro lado, las personas con TEPT evitan pensar o hablar específicamente sobre el trauma, especialmente en los episodios más intensos. No obstante, también es frecuente que la persona rumie en exceso aspectos que podían haber prevenido o evitado el acontecimiento, al igual que porqué les tuvo que ocurrir precisamente a ellos, o bien, como resarcirse del acontecimiento.

Generalmente la persona afectada por el TEPT evitan los recuerdos del trauma por medio de tácticas disociativas o síntomas de amnesia. Otra forma común de evitación tiene relación con la experimentación de las emociones, especialmente con aquellas emociones que resultan intolerables para la persona, intentando insensibilizarse emocionalmente, bien mediante el desapego afectivo, o  mediante el consumo de sustancias. El TEPT puede provocar problemas en las relaciones de las personas afectadas y en el hogar, pues quienes lo sufren se encierran en sí mismos y son incapaces de concentrarse en el presente.

La hipnoterapia, dicho de una manera general, ayuda a las personas que padecen, en mayor o menor intensidad el TEPT, a recrear los hechos, los acontecimientos traumatizantes sufridos, básicamente acompañada esta recreación de un proceso de desensibilización de lo ocurrido reduciendo, de esta manera, la ansiedad y el estrés, al mismo tiempo que se le ayuda a entender sus síntomas y a aceptar lo ocurrido. Al finalizar el recorrido terapéutico la persona ha recuperado el control y alejando de sí el sentimiento de victimismo e indefensión.





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