Sigmund Freud definió el Psicoanálisis como un método, una
práctica y una doctrina basada en la existencia del Inconsciente, instancia que
apunta a la verdad del Sujeto y a la que éste no puede conocer por medio de la
reflexión o la introspección. El Inconsciente se manifiesta a través de sus
formaciones: los lapsus, los sueños, los actos fallidos, los chistes y los
síntomas. La Psicología, en su propósito terapéutico, se plantea suprimir estos
síntomas y, concibiendo al individuo como una unidad global, curarlo y
conseguir su adaptación y normalización.
El método psicológico parte de conceptos objetivables,
mesurables y controlables, de acuerdo con los métodos científicos. Para el
Psicoanálisis, la verdad del Sujeto no es objetivable ni puede ser alcanzada
por medios comparativos y generalizantes. Es una verdad particular, a la que
sólo el propio sujeto puede acceder a través de su análisis, y no comporta a
priori nociones de curación. Lejos de pretender una terapia, el Psicoanálisis
consigue, en todo caso, una rectificación subjetiva derivada del mejor
posicionamiento del analizante frente así mismo y a la vida. Más que un método
cognitivo, es una Praxis.
El modelo universitario se basa en los conceptos
positivistas que son ajenos al campo del Inconsciente o el Psicoanálisis.
Contrariamente, el psicoanalista se halla inmerso en una formación cuyo tiempo
es lógico y no cronológico.
El análisis didáctico es el análisis que inicia toda persona
que tiene el deseo de ser psicoanalista. No se puede, sin embargo, distinguir a
priori entre un análisis didáctico y uno de cualquier otro tipo. Un analizante
que no emprendió su análisis con propósitos didácticos, puede llegar a
descubrir tal deseo de ser psicoanalista practicante a raíz de su experiencia
analítica. Es pues, sólo retrospectivamente que un análisis se revela como
didáctico. Aunque un Sujeto que concluye su análisis no desee ejercer como
psicoanalista, estará posicionado para hacerlo, pues podrá escuchar la
dimensión inconsciente del otro sin ser interferido por sus propios prejuicios.
Otro requisito indispensable es la llamada Supervisión. El
análisis de control consiste en evitar la intromisión de prejuicios del
analista en la escucha del discurso del analizante. Para ello recurre a otro
analista, con el fin de suprimir cualquier tipo de obstáculo que se le presente
en su quehacer como analista frente al analizante.
Debido a las dificultades con respecto a la enseñanza del
Psicoanálisis en las universidades, las asociaciones, instituciones y escuelas
privadas de Psicoanálisis afrontan el problema ofreciendo seminarios teóricos
-de textos de casos clínicos y de investigación- así como jornadas y congresos.
En definitiva, se trata de confrontar permanentemente la práctica con la
teoría, con el fin de crear una dialéctica para significar la formación
completa del psicoanalista.
Conclusiones:
1.
La formación del psicoanalista reposa
fundamental e imprescindiblemente sobre un análisis llamado didáctico. Es
decir, el psicoanalista debe haberse psicoanalizado.
2.
El psicoanalista, aparte de su análisis
personal, basa su formación en la teoría psicoanalítica y se enriquece de otras
fuentes como la filosofía, la lingüística, etc.
3.
El Psicoanálisis no cae dentro del campo de la
Psicología ni de ninguna otra ciencia de la salud. Difiere en el método,
objetivos y formación.
4. El Psicoanálisis es una reflexión sobre el ser humano y se mueve dentro de sus propios conceptos: Inconsciente, pulsión, transferencia y repetición.
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